Amigos lectores:
I.
Vuelve el Papel Literario, luego de dos semanas de descanso, con una edición dedicada a narrativas y narradores. Dado el volumen de materiales (17) no alargaré estas notas de presentación: diré lo mínimo necesario en cada caso.
II.
Numerosos amigos me han preguntado por Federica Consalvi, joven escritora venezolana residenciada en Madrid, ganadora del concurso de cuentos de El Nacional 2025. En la entrevista que viene en la página 1, Consalvi nos habla de sus intereses y su trayectoria como autora. De seguidas, en la página 2, reproducimos “Sangre”, el cuento ganador, que comienza así: “A las siete sonó el timbre, aún no se acostumbraban a ese ruido seco, como el cornetazo antes de un accidente aunque tenían años viviendo ahí. Lo del timbre era un pedido: habían llegado las medias de compresión para evitar el trombo. Desde que le empezaron a salir varices Sabina no podía dejar de pensar en aquel episodio que sufrió su mamá y que le dejó desventajado el lado izquierdo de su cuerpo. Ahora ella debía tomar anticoagulantes y ponerse unas fajas para las piernas que le ahorcan hasta el muslo”.
III.
Miguel Gomes añade un capítulo a su riguroso seguimiento de la literatura venezolana contemporánea. Su ensayo está dedicado a El deseo es un piano invisible, colección de relatos de Gisela Kozak Rovero, escritora venezolana residenciada en México: “El resultado es un todo equilibrado, orgánico. No se trata de una compilación estilística y temáticamente heterogénea, sino que se ha concebido de manera unitaria, lo que algunos críticos denominan un «cuentario», otros un «ciclo de cuentos» y otros más, en los últimos lustros, «relatos integrados»: eslabón estructural entre la miscelánea cuentística y la novela”. Está en la página 3. A continuación, página 4 y parte de la 5, viene la entrevista que le hice a Kozak sobre el libro en cuestión. Sigo.
IV.
Página 5: Simón Petit y Rafael Arráiz Lucca comentan La sultana del Ávila, novela del poeta, narrador, actor y profesor universitario Milton Quero Arévalo. Escribe Petit: “La novela engancha porque de alguna manera, el lenguaje e hilo conductor es el de un muchacho que va describiendo su vivir. ¿Entonces es una novela autobiográfica? Sí y no. Precisamente el escritor se permite esas licencias porque sabe cuándo debe ser él y cuándo no. Sabe cómo combinar hechos reales con elementos inventados o modificados para crear una historia más atractiva o exploratoria, sin pretender ser un recuento estrictamente verídico como una biografía”.
V.
Página 6: Antonio García Lozada escribe sobre Nebraska, novela que Miguel Gomes publicó en 2023. Arranca así: “En Nebraska (2023), el escritor venezolano Miguel Gomes nos ofrece una novela de introspección profunda ambientada en la ciudad de Lincoln, capital del estado estadounidense de Nebraska. Espacio geográfico -“corazón de los tenebrosos corazones de las “Grandes Praderas”-, que no solo se erige como escenario geográfico, sino que se impone como símbolo del estado desalentador del protagonista. Un paisaje vasto, plomizo y desolado que dialoga íntimamente con la interioridad de David de Souza profesor universitario, y escritor venezolano emigrado, cuya vida transcurre en aislamiento”.
VI.
Memoria de un diplomático: Mi primer engaño es el título de la crónica de Oscar Hernández Bernalette, que ocupa la parte superior de la página 7: “Era demasiado bella para no enamorarse a primera vista. Un pequeño marco encerraba la postura con el rostro que guardaba en el imaginario de la juventud. Un cruce de piernas con tal elegancia que despertaba una inquietud que me perturbaba. En alguna parte de la vida o de las vidas la había visto, conocido, poseído o simplemente soñado. La contemplaba sin pausa. Tenerla enfrente en ese arrumado cuarto polvoriento y con mezcla de olores era una sensación muy extraña”. Y así.
VII.
En la parte inferior de la misma página 7, Abel Ibarra nos cuenta de Cuando vuelva diciembre, reciente novela de Juan Carlos Méndez Guédez, publicada en Estados Unidos por La Pereza Ediciones: “el personaje principal de Cuando vuelva diciembre, Jacinto, transcurre por las páginas de la novela cargando penosamente con el drama que constituye el móvil del relato, el desarraigo que se intenta paliar con la recuperación de un momento singular: diciembre, mes emblemático de todas las evocaciones y su manjar venezolano más notable: la hayaca”.
VIII.
Dedicamos la página 8 al narrador y profesor universitario José Court, tempranamente fallecido (1988-2023). Lo recordamos aquí con dos textos: una semblanza firmada por Ana Karina Court Pinto, Karem Court Pinto y Oriana González, así como un texto de Court titulado “Lavadora de almas”.
IX.
Con palabras cargadas de emociones y recuerdos, Mirta Roa despide a Soledad Mendoza, editora, diseñadora y periodista colombiana, quien vivió desde niña en Venezuela, hasta su fallecimiento el mes de julio. Conviene recordar aquí que su padre, Plinio Mendoza Neira se exilió en Venezuela después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. En nuestro país, en los años cincuenta, editó la primera versión del famoso libro Así es Caracas. Tres décadas más tarde, su hija Soledad Mendoza volvería a la misma idea, y se convirtió en la elogiada editora de una nueva versión de Así es Caracas, portadora, probablemente como ninguna otra publicación, de la vibración, el auge, el espíritu, el impulso de la Caracas de los ochenta. Aunque sus logros en los ámbitos del periodismo y la edición fueron numerosos, su buena reputación quedó marcada por Así es Caracas. Mirta Roa, autora del texto que ocupa la parte superior de la página 9, además de amiga de Mendoza, trabajó con ella por años y fue parte del equipo que hizo posible la recordada publicación.
X.
En la parte inferior de la misma página, reproducimos el texto que Miguel Henrique Otero leyó en Madrid, durante la presentación de Aquello que no se dice, novela de Carolina Jaimes Branger publicada en 2024: “Posiblemente todos aquí conocemos sobradamente a Carolina Jaimes Branger, muy conocida en Venezuela por su actividad como periodista, como demócrata y defensora de los derechos humanos. Quien haya seguido su trayectoria, se habrá percatado de que se trata de una mujer curiosa, inquieta, interesada por la política, la cultura, la comunicación y las causas nobles. Que ahora, luego de tanta andadura, incursione como autora de ficción, no es algo que tendría por qué resultarnos sorpresivo”.
XI.
Julio Camba (1884-1962) debe ser uno de los más notables articulistas que conozca en nuestra lengua. El abordaje sobre cada tema, el fraseo preciso y revelador, el humor omnipresente, la prosa que no abandona su propósito: de ese conjunto proviene el deseo de perseguir a Camba, de leer sus artículos uno tras otro, rogando que la existencia no se agote nunca. Y hay que añadir: no solo fascinan sus artículos perfectos. También su vida cautiva: desde que, siendo un adolescente escapara desde un pueblo gallego como polizón hasta Buenos Aires, hasta los trece años finales de su vida, años en los que el solitario prácticamente se clausuró en una habitación del madrileño Hotel Palace. Camba fue un incansable viajero, observador de extremas agudezas, refinado amante del buen comer, sensibilidad que hizo posible esa joya que es La casa de Lúculo o el arte de comer: en una frase, un autor/una obra que interesa en sus varias dimensiones (la biografía escrita por Francisco Fuster, Julio Camba. Una lección de periodismo (2022) cubre, sin aspavientos, las dimensiones cruciales de la vida de Camba).
XII.
El delicioso texto de Luís Pousa, Julio Camba, un anarquista en Buenos Aires, que se ofrece en la página 10, arranca así:
“Parapetado detrás de su columna, el periodista gallego Julio Camba (1884-1962) sobrevivió, casi sin inmutarse, al fuego cruzado de las ideologías, los directores de periódico, los gobiernos y sus consulados. Lo único que de verdad le importaba al Camba de los últimos días era que lo sacaran de vez en cuando de la habitación 383 del Hotel Palace de Madrid para llevarlo a comer a un buen restaurante.
Tal vez el gran corresponsal gallego nunca dejó de ser el joven ácrata y libertario que siendo casi un niño se plantó en Buenos Aires para promover el anarquismo y al que, no mucho tiempo después, las autoridades argentinas enviaron de vuelta a España por sembrar el caos en la capital”.
XIII.
Llegamos así a la página de cierre, esta semana de columnas:
-“Pregunté a Perplexity cuál es el sentido de la vida y me contestó: “Como soy IA, no poseo consciencia o creencias personales, pero puedo compartir un pensamiento basado en la sabiduría humana y la filosofía”. De estos asuntos trata la quinta entrega de los Ensayos Morales de Ruth Capriles.
–Roger Vilain nos conduce a la memoria de Federico García Lorca: “Vuelvo a García Lorca y echo un vistazo al contexto que en agosto de mil novecientos treinta y seis lo arrolló. Fue un hombre de su tiempo, dijo cuanto tenía que decir, construyó su obra definitiva -la de su vida- y murió por ello. El poeta ganó, sus esbirros ya no existen, el mal, la sombra, esa oscuridad que pareció reinar, enloquecer, no tener fin, acabó por ser lección de todo cuanto nunca debe volver a suceder. Vuelvo a García Lorca y con él, mira tú, a Venezuela. Vuelvo a García Lorca y con él a mártires que desde particulares horizontes también se convirtieron en víctimas.
-Por último, Keila Vall De La Ville comenta el libro de Lidia Yuknavitch, La cronología del agua: “El trauma ocurre en presente; sanada la herida, enrojece al recuerdo. Sumergirse al agua y nadar una vuelta tras otra es también eterno ahora. La memoria de una persona adicta transcurre en orden caprichoso, viscoso. Una roca, fragmento de la totalidad física, se circunscribe a lo geológico que la determina. El agua es siempre la misma”.
XIV.
Vana promesa la mía: estas notas previas me quedaron muy largas, de todos modos. En fin. Les agradezco la paciencia y les deseo lo mejor.
Nelson Rivera
